Su filosofía de la felicidad tuvo que ser reconstruida, ya que se tenían pocos datos sobre ella, pero básicamente consistía en que todos pensamos que el dinero da la felicidad, pero él defendía que la búsqueda de esta era más complicada. La felicidad se convirtió en sinónimo de la vida indolente, defendía que el placer es la meta y que sólo nos importa conseguirlo a pesar de las consecuencias que nos afecten después.
No sabemos exactamente lo que nos hace felicies, sólo sabemos que nos sentimos atraídos por bienes materiales creyendo que estos nos darán la felicidad, sin embargo, el precio de la felicidad es barato; simplemente con tener alrededor a alguien que te quiera o sentirte bien contigo mismo son algunos de los ingredientes más esenciales para ser feliz.
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