miércoles, 29 de diciembre de 2010

El tema que más me ha llamado la atención es el de la experimentación con animales
Anualmente mueren en el mundo millones de animales víctimas de este hecho.
Se calcula que cada año se utilizan entre 50 y 100 millones de animales vertebrados, y a pesar de que se utilizan números mucho más grandes de invertebrados, estos experimentos prácticamente no están regulados y no se los incluye en las estadísticas. En numerosas ocasiones, después de haber sido sacrificados miles de ellos, las sustancias experimentadas han de ser retiradas del mercado por sus efectos secundarios en humanos, que han provocado incluso la muerte. 
Desgraciadamente, otros científicos utilizan la experimentación con animales para satisfacer una curiosidad malsana, jugando peligrosamente a ser Dios, como los trasplantes de cabeza realizados en primates por el neurocirujano Robert J. White, de la Case Western Reserve University, en Cleveland, EE.UU. Los primates no sobrevivían más de 96 horas después de salir de la anestesia. Luego vendrían los experimentos en humanos. ¿Es el Dr. Frankenstein sólo un personaje de película?
La sociedad cierra los ojos porque quiere beneficiarse de esta experimentación con animales y no quiere saber en qué consisten o cómo se desarrollan. Pero si las personas supieran la realidad de este hecho las cosas podrían cambiar, se plantearían la compra de determinados productos, y por ese mismo motivo, esto no beneficia a las empresas comerciales, laboratorios farmacéuticos, etc, por lo que se ven obligados a ocultarlo.


Es cierto que la mayoría de los avances científicos se basan en el uso de animales, y que esos avances están destinados mayormente a nuestro bienestar pero, también hay que tener en cuenta la necesidad de controlar la experimentación que se haga con ellos, ya que es una actividad bastante cruel y que en numerosas ocasiones se realizan repeticiones innecesarias del experimento, en mi opinión, debe realizarse cuando sea estrictamente necesario porque ellos sufren igual que los humanos y tienen derecho a no ser utilizados de ese modo.



martes, 28 de diciembre de 2010

LA MENTE

La ciencia se basa en querer llegar más allá de lo que ya sabemos y no plantarnos en los conocimientos ya preexistentes, en saber equivocarse y rectificar todo lo que se deba y de este modo ir introduciendo nuevos avances al mundo. Pero esto requiere tener la curiosidad propia de un niño (de hecho, Albert Einstein fue capaz de hacer su primera tesis doctoral con 5 años). En este campo es tan importante solucionar un problema como saber plantear otro.
Para extraer una teoría, primero debemos tener un problema en el que podamos plantearnos varias opciones, posteriormente experimentar con ellas y en el caso de que una sea demostrable sacar una teoría. Esta teoría puede ser falsada por otra que sea verificada y la contradiga o añada algún punto clave más.
Parece fácil extraer un problema de una teoría ya existente, pero nuestra mente nos impide que sea así. En realidad es lo más complicado del proceso, ya que cuando nos aseguran y nos demuestran que algo es de una determinada manera, sólo lo vemos desde esa perspectiva y a la mente le es muy difícil verlo de otra forma. Por ejemplo, si una chica se compra un vestido y va a una fiesta donde hay otra chica con el mismo modelo, se dará cuenta en seguida, pero si por el contrario se compra otro diferente y va a la misma fiesta, el vestido de la otra chica le pasará tan desapercibido que ni siquiera se fijará en él. Esto quiere decir que nuestra mente sólo capta lo que nos ponen delante de los ojos y no nos molestamos en buscar otra cosa.
En mi opinión, las personas que introducen los avances científicos tienen mucho mérito, porque no se conforman con experimentar con lo que ya tienen sino que buscan más allá, desafiando a sus mentes y no dejándoles que les pongan límites a su imaginación.

lunes, 27 de diciembre de 2010

FILOSOFÍA Y CIENCIA

Durante toda la historia de nuestra sociedad siempre ha habido un duro enfrentamiento entre estos dos conceptos.
El mito es una forma de interpretar la realidad, de hecho la más común de la humanidad. En esta forma de pensar, el poder de ser filósofo no depende de uno mismo, sino de la sociedad. De ahí la frase: "No es filósofo el que quiere, sino el que puede". En todo lugar existe lo que se llama el pensamiento colectivo, es decir, un grupo de personas que mantienen unos determinados ideales y que creen que todo el mundo debe tener los mismos. Este fenómeno es el que oprime a las mentes filosóficas que no se atreven a romper los esquemas de la sociedad y difundir sus propios ideales.
Sin embargo, otras personas sí se atreven y deciden vivir su vida de forma independiente, como es el caso de Safo. Y es que, si nos encerramos en ver las cosas desde un sólo punto de vista, no evolucionaremos como personas, "el cambio del espectador provoca el cambio del espectáculo", es decir, si miramos las cosas desde otro punto de vista podríamos encontrarles otro sentido. Por suerte, hoy en día, cada uno tiene su privacidad y puede hacer lo que él crea conveniente para sí mismo.
Si por el contrario, la sociedad es libre, se pueden abrir muchas puertas a nuevos pensamientos y reflexiones que a su vez, dan lugar a avances muy relevantes en nuestra vida. Esto es lo que pretende cualquier mentalidad filosófica o científica. Una importante diferencia que mantienen con el mito es que este último es creíble sin ser tan siquiera comprobado, simplemente se expone el mito sin que nadie lo cuestione, sin en cambio, la ciencia intenta encontrar la realidad verdadera, cuando se expone algo enseguida se cuestiona el por qué y el cómo.

Somos muchos los que creemos en algún mito, en algo que no sabemos si es verdad o no, que nunca hemos visto, pero aún así, seguimos creyendo en ello.
Pero lo cierto es que la ciencia presenta argumentos que el mito no presenta y esto vale mucho en el campo de la investigación que es lo que hace que desarrollemos nuestra forma de vida mediante avances tanto tecnológicos como otros muchos.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

FILOSOFÍA Y TECNOLOGÍA

El ser humano es un animal técnico que ha fabricado un mundo artificial a lo largo de su paso por la Tierra.
También podemos decir que es un ser fantástico que se distingue de los animales por su capacidad craneal y su extensa imaginación, y de ahí que seamos capaces, por ejemplo, de mentir. Ortega y Gasset defiende que antes de ser técnicos,  éramos seres arbóreos y  que tras ser infectada una especie en una zona pantanosa obtuvo un aumento del cráneo y a causa de esto un aumento del cerebro. A partir de ahí, fue capaz de utilizar la técnica para hacer realidad lo que había imaginado y así poder cumplir sus sueños y sus expectativas.
Esto nos hace pensar que las innovaciones del ser humano no tienen límite, que puede hacer realidad todo lo que pasa por su cabeza, pero ¿se debe hacer todo lo que se puede? ¿pueden haber innovaciones si una reflexión previa?
Los avances actuales nos permiten hasta crear nuestro propio hijo "a la carta", o clonar a un ser vivo. Hay personas que no están de acuerdo en que eso sea ético, opinan que si seguimos ese mecanismo acabaremos con nuestra propia naturaleza y lo haremos todo de forma artificial, pero sin embargo, otras personas opinan que estos avances nos son de gran ayuda para desarrollar nuestras vidas y para tener una mayor comodidad y bienestar.
Otro debate que está aún abierto es el de si podemos hacer lo que queramos con nuestro cuerpo y de nuevo se manifiestan dos opiniones opuestas:
La primera defiende que si es nuestro, podemos hacer lo que nos apetezca con él ya que para eso lo poseemos. Y la segunda postura que ahora mismo se toma como éticamente correcta es la de hacer lo que queramos con nosotros mismos siempre y cuando no estemos perjudicando a la sociedad en la que vivimos.
El tema que cabe destacar también es la experimentación con animales, que se realiza para llevar a cabo ciertos avances técnicos.  
En mi opinión este hecho juega en contra de dichos avances, porque los animales son seres del planeta Tierra que consideramos erróneamente inferiores a nosotros, sin embargo pienso que tienen tanto derecho como nosotros a no ser maltratados. Por muy irracionales que sean, sufren igual que si fueran humanos, y es injusto que se les trate así únicamente por interés económico o para cumplir, no sólo necesidades, sino también lujos innecesarios.

lunes, 20 de diciembre de 2010

¿QUIÉN TIENE MIEDO A DRÁCULA?

Una emoción es un estado mental compuesto por una actitud hacia algo, motivada por una creencia y acompañada de un sentimiento (mariposas en el estómago, temblor, etc)
Se le llama paradoja de la ficción a las emociones que se manifiestan en nosotros cuando estamos sometidos a la ficción. Por ejemplo, una persona sabe que no existe Drácula, sin embargo, cuando ve una película de Drácula tiene miedo.
¿Por qué sucede esto?¿Cómo se puede explicar esta paradoja?
De aquí podemos extraer tres teorías posibles:
1. Somos irracionales.
2. No tenemos emociones reales.
3. Somos racionales y tenemos emociones reales.
  • La primera defiende que no respondo a algo que creo sino a algo que imagino, y por este mismo motivo no puede ser posible porque cuando estamos sometidos a la ficción no dejamos de tener esa creencia.
  • La segunda defiende que no importa la creencia, sino lo que imaginamos. Entonces sentimos lo que se dice cuasi-miedo, es decir, algo diferente a una emoción ya que si realmente tuviese miedo huiría o atacaría.El cuasi-miedo es idéntico al miedo real, entonces ¿cómo los distingo? La respuesta es que hay emociones reales sin comportamientos asociados, por lo que no se podría distinguir en la mayoría de los casos.
  • La tercera defiende que podemos tener reacciones emocionales racionales provocadas por algo que imaginamos. De aquí sacamos en conclusión que una emoción no está necesariamente motivada por una creencia sino algunas veces basta simplemente con un pensamiento. Esta última reflexión contradice al enunciado subrayado en la segunda línea del texto por lo que podríamos decir que la paradoja de la ficción no presenta una solución definitiva.



Desde mi punto de vista, apoyo la teoría 3 porque aunque los seres humanos tenemos una gran parte irracional, nuestras emociones sí son racionales ya que si vemos una película de miedo no nos reímos sino que nos asustamos. Eso es racional. Y está claro que si tenemos una determinada creencia, esta no desaparece aunque liberemos esa emoción, por lo que la única explicación posible es la de que en estos casos reaccionamos a algo que simplemente está en nuestra imaginación.